Como una gran placa de hielo
desprendida de un iceberg
así se van pedazos de nosotros,
cayendo con estrépito en aguas del olvido.
Trozos de nuestra identidad,
desgajados, caducos e inservibles,
que en el pasado compusieron
lo más robusto de quien fuimos,
flotan ahora a la deriva
—puede que den soporte
a un animal salvaje
despistado y hambriento.
Con las aristas afiladas
por el corte repentino
y el corazón al aire
nosotros nos quedamos.
También un poco más pequeños
pero bastante menos fríos,
más templados.
4 comentarios:
Cierto que nos quedamos con las "aristas afiladas y el corazón al aire" pero quiero pensar que volveran a recomponerse las piezas de esa identidad que amenaza con debilitarnos.
Un enorme abrazo.
Debilitarnos no es lo que quería transmitir, sino liberación, temple y calorcito. Hay trozos que nos sobran, a mí al menos.
Besos
Muy buena la melodía de las palabras, y los acordes de la fotografía. Como un gran iceberg nos vamos desgajando de aquello que nos sobra, y siempre se repite el mismo ciclo, porque en eso consiste la vida, ¿no?, en mantenernos en equilibrio constante, renovando, deshaciendo, creando...
Deshelarse de forma minuciosa,capa a capa, hasta dejar la esencia luminosa del dios niño que fuimos. Precioso el poema y la forma de trabajar la idea.
Un abrazo
Elvira
El día 28 presento Cuaderno del delirio a las 19,30 h en la SGAE.
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