Seguir.
Porque sí, sin un motivo,
sin luz al final del túnel,
sin un atisbo de brotes verdes
tiñendo el horizonte,
sin esperanza alguna.
sin un currusco de optimismo
que llevarnos a la imaginación.
Pero seguir.
Sin ganas, sin ánimos,
sin fuerzas, sin aliento, sin coraje,
de capa caída y hombros por los suelos,
con las manos por dentro de las mangas.
Pero seguir.
Al borde del filo de los acantilados
que tiene la tristeza,
haciendo equilibrismos
sobre la cuerda floja de la apatía,
soplando en los rescoldos de la duda
que son casi ceniza.
Pero seguir.
Porque sí, porque no hay otra,
porque la realidad es esta
y hoy
toca
vivir.
Y mañana
seguir siguiendo.
1 comentario:
Así es Luismi: hoy toca vivir, aunque sea al borde de los acantilados. Es bueno que nos lo recuerdes con este poema para seguir.....
Un abrazo muy fuerte.
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