Expreso de medianoche
Ex-preso del orgullo infantil que me encerraba en una
jaula inexpugnable de certezas, y de la obligación ineludible de tener que
alcanzar mis objetivos.
Ex-preso de la presión que me apresaba en una lúgubre
mazmorra de rabia, prepotencia y tics nerviosos.
Ex-preso de una noche que duró casi ocho lustros. De
necesitar que me quisieran o, por defecto, que me odiaran. De ocultar mis
fallos tras un fortín de cartón piedra, y sacar brillo a mis virtudes con la
escurrida bayeta de Narciso.
Ex-preso.
Hoy en libertad bajo palabra.
5 comentarios:
Ex-presamente bueno este nuevo poema, en esa línea tuya capaz de dar otro sentido a las palabras.
Un beso, Luismi.
De lo bueno...lo mejor.
Enhorabuena, Luismi.
Un besito.
Fue un placer inmenso escuchártelo la otra noche, Luismi. Ahora nos das la oportunidad de degustarlo con lentitud, como esa cucharada que se mantiene en la boca.
Excelente y rompedor.
Nines, Mila, Manuel, muchas gracias. Es un poema escrito con el corazón en la mano.
Pero qué bueno es este poema, aunque intentes disfrazarlo en una caja.
Cómo me gusta escucharte y después leerte para no dejarme nada.
Besos
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