Páginas

CARDO BORRIQUERO

Los caminos certeros son mentira. De la ruta a la rutina no hay más que dos pasos y dos letras.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Poeta en horas bajas (recorrido metropolitano) En cada verso cito una estación de metro, para que no digan que no hay poesía en el suburbano





Sigue suplicando a las musas
para continuar con el capricho de escribir
y espabilar así a la esperanza
para que ensanche
el más que estrecho túnel de su noche
carente ya de estrella
sin un sol que le alumbre.

Ya no sirven las tablas que adquirió
de lanzar a los cuatro vientos sus poemas,
abriéndose en canal
a las suertes y palos de la rima
caída hoy en lago negro.

El “callao” que chillaba con sus versos
como también gritó Miguel Hernández,
Rubén darío y Antonio Machado,
ha encallado en lacoma:
han naufragado sus delicias.

La prosperidad que auguraba
fracasó —cual torero— con las ventas
(ni siquiera llegaron a ventilla);
el tribunal de sabios no dio entrada:
sus escritos no entraron en la lista.
Embajadores de lo culto
apedrearon su lucero,
su vista alegre ahora es turbia.

Le podéis ver en un pinar
o paseando entre acacias
leyendo un libro de Quevedo
o Tirso de Molina:
ambos con plaza e incluso con glorieta:
aspiración de quien no obtuvo gloria.

3 comentarios:

Nines Díaz Molinero dijo...


Querido Luismi:

Qué buenísimo poema: exactas las estaciones escogidas que le dan el justo sentido al poema (difícil equilibrio para salir airoso).

Enhorabuena. Me ha encantado.

Un fuerte abrazo,

Mari Carmen Azkona dijo...

Difícil empeño el tuyo, Luismi, pero como siempre has salido airoso. ¿Hay algún sitio donde tú no encuentres poesía? Me gusta.

Besos y abrazos.

Luis Miguel Rodrigo González dijo...

Si como decís logro salir airoso es porque el metro asfixia.

Muchas gracias, Nines, Mari Carmen.
Besos