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CARDO BORRIQUERO

Los caminos certeros son mentira. De la ruta a la rutina no hay más que dos pasos y dos letras.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Poema para alguien que no lo leerá nunca


Porque vive enjaulado en la rutina
del óxido y la mugre,
la hojalata, el plástico, el esfuerzo,
los gritos y el escombro,
la cochambre, el calzado malherido
con un agujero de bala en cada suela
por donde se desangra la alegría;
los insectos con delitos de sangre
y roedores con rabia
en libertad provisional;
los jerseys que ya no
de tan dados que están de sí
y un hambre milenaria
cogida a sus tobillos
marcando el ritmo de sus pasos.
 

Alguien que agrupa entre las horas,
cuando el clima o las fuerzas lo permiten,
media docena de motivos
para continuar sobremuriendo,
razones que no corten como vidrio
las palmas de las manos,
ni hagan que se enturbie la decencia
hasta dejarla cubierta de negrura,
igual que están sus pies y el porvenir.
 

Poema para alguien que la literatura
se saca del contenedor de reciclado
para venderlo al peso
a trece céntimos el kilo.
 

Por eso este poema,
también nacido con la marca del fracaso,
jamás alcanzará al destinatario: gasolinera abandonada
en cuanto inauguraron la autovía
sin una gota ya de combustible
                                             en sus pulmones.

1 comentario:

Mari Carmen Azkona dijo...

Gracias, Luismi, por escribir estos versos tan duros como impactantes y con algunas estrofas que me acompañarán durante mucho tiempo.
Espero que siempre existan, al menos, “media docena de motivos para continuar sobremuriendo”


Besos y muchos abrazos.