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CARDO BORRIQUERO

Los caminos certeros son mentira. De la ruta a la rutina no hay más que dos pasos y dos letras.

martes, 20 de mayo de 2014

¿Por qué a las verjas con cuchillas las llaman concertinas? O ¿qué tendrá que ver el dolor con la música?


Porque igual que en el piano
—imagínate un teclado
de al menos cuatro octavas—
el blanco asedia al negro,
lo supera, lo posterga, lo arrincona,
lo empuja hacia la caja de madera
—¿de resonancia o de difunto?—
y solo le consiente
un ínfimo lugar,
el de menor protagonismo,
inserto entre las notas naturales:

bemoles
como piedras

sostenidos
         por el hambre de futuro.

Pero gracias a estas notas diferentes,
oscuras y escondidas
la música resuena.


1 comentario:

Luis Miguel Rodrigo González dijo...

Aunque existe un tipo de acordeón denominado concertina, que quizá alguien relacionó con el tipo de verja arriba mencionado, seguramente por su disposición en forma de muelle, he querido dejar volar la imaginación para inventar cuál pudo ser el proceso mental seguido por quien insertó tal nombre en este invento.